Hugo Espina se inició en el mundo de la moda con tan solo 23 años de edad, y confiesa que sus inicios “fueron difíciles pero siempre con la frente en alto”.
Redacción: Jorge Hernández
Espiritual, soñador, sensible, sentimental, honesto, responsable, con una educación extremadamente estricta, llorón y al mismo tiempo divertido, buen anfitrión, pero caprichoso con algunos ataques de malcriadez, así se define el afamado diseñador venezolano Hugo Espina, que en esta entrevista exclusiva para Magazine Tic, compartió parte de sus experiencias, sueños y vivencias.
Hugo no recuerda el momento exacto desde que se sintió atraído por el mundo de la moda, “sí puedo decirte que dibujaba mejor que ahora (risas), mi abuela materna fue modista, mi mamá tenía su máquina de coser y hacía algunos arreglos y cortinas para nuestra casa, nada comercial, pero eso estaba allí, yo veía”, recuerda.
Confiesa que desde niño le gustaba la ropa, pero no la que le compraban sus padres, quería ropa mejor confeccionada y exclusiva, pero sus padres no podían comprarla, porque tener cuatro hijos estudiando en colegios privados era un gasto muy alto.
Asegura que antes que la moda se sintió atraído por el show business, así llegó al Miss Venezuela para trabajar en las grandes producciones del señor Joaquín Riviera y el gran ballet de Venevisión, “entré muy joven por la puerta grande” y allí se mantuvo durante 25 años.
En esa época, Venezuela era el Hollywood de Latinoamérica, tuvo que prepararse, viajar a Estados Unidos, asistir a espectáculos de Broadway, aprender inglés, tratar de aprender todo lo que se le presentaba, se sentía como en un verdadero cuento de hadas. Allí se fue encendiendo la llama por la moda, y por su juventud, absorbía todo muy rápido, llegó a viajar hasta cuatro veces al mes a Nueva York y aprovechaba el tiempo libre para entrar a las tiendas para ver los vestidos y tendencias de las grandes firmas.
Su enfoque de la moda ha sido, llenar un vacío o una necesidad de la mujer, con piezas y vestidos que las llenen y hagan sentir bien, algo que les favorezca.
Su trabajo como diseñador le ha permitido alcanzar un nivel espiritual, social y económico estable, relacionarse con personas dentro y fuera de Venezuela, divertirse, visitar lugares maravillosos y ganarse el respeto de la gente, su profesión le ha permitido abrir puertas en el mundo entero.
Define su musa como una mezcla de esa idiosincrasia venezolana, la influencia del medio oriente, los vestidos de gran gala que marcaron esa época de gran opulencia.
El gran sueño de Espina, además de vestir a Jennifer López y Angelina Jolie, es que sus diseños llegarán a todo el mundo a través de tiendas, “quiero vestir al mundo, no es tan difícil, he tenido tiendas en Estados Unidos y Venezuela, pero reconoce ha faltado experiencia, capital, personal especializado, estrategias de mercadeo y posicionamiento de marca, ya conocemos del tema, la tarea ahora es encontrar inversionistas que no solo aporten capital, sino que tengan la preparación y la misma visión, de lo contrario, no funciona”, destacó.
Un hombre de fe
Fiel creyente, Espina ha tenido el privilegio de vestir a la Patrona del Oriente venezolano en dos oportunidades, “en 2018 usó un diseño mío todo el año, y luego a su bajada vistió otro diseño de Hugo Espina, todo blanco, bordado en perlas y confeccionado en una delicada blonda blanca con rosas de sede en relieve y de fondo se dejaban ver unos bordados en corales blancos y subliminalmente, diminutos cristales azul celeste que representaban el mar, para mí y todo mi equipo representó un reto y una gran responsabilidad, durante el diseño, corte y confección se respiraba mucha paz y tranquilidad. Una vez terminado, se exhibió en un maniquí para realizar los toques finales y fotografías para mi registro personal, todos mis clientes llegaban a tocarlo, más de uno rezó, pidió, mientras otros agradecieron, lo vi y lo sentí, fue una gran bendición”.
Hace como 15 años vistió a la Virgen de Chiquinquirá, patrona del Zulia, en la iglesia ubicada en Caracas, estaría encantado de repetir la experiencia, calificándola de muy bella y agradable.
La moda en Colombia, tendencias y experiencias
El diseñador califica la moda colombiana como moderna, ligera, vanguardista y divina. Para esta temporada considera indispensable tener en el armario un saco o chaqueta en tela liviana tipo sastre de color negro.
Mientras que en su closet personal no puede faltar mucha ropa negra, trajes negros, trajes sport azul marino, camisas blancas y negras, jeans oscuros, suéteres cuello tortuga negro y azul, tipo polo manga larga y corta, bomberjackets, franelas en cuello V negras y blancas, un abrigo largo, chaleco relleno de plumas, ropa para el gimnasio (leggins, franelas), una corbata negra, trajes de baño, short y sandalias negras, además de sombreros negros y blancos.
Nos contó que cuando le invitan a representar a Venezuela con sus diseños, se le hace muy difícil cumplir con todos los requerimientos, “el protagonista es el diseño, no el diseñador. Lo más fácil: Tener todos los diseños listos para la pasarela. Lo complicado es el viaje, el exceso de equipaje, que no se extravíe nada, escoger la música, las modelos. Que todo engrane.
Un equipo indispensable
Un total de 15 personas entre patronistas, cortadores, modistas, diseñadores, bordadoras, jefe de compra, almacén, administrador, prensa y mantenimiento conforman un equipo de trabajo, muchos trabajan con él desde hace 20 años.
“La directora y coordinadora de todo esto era mi hermana Katy Espina, quien falleció hace un año, era mi mano derecha e izquierda, mis muletas, mi apoyo en todos los sentidos, tuve que ausentarme seis meses para asimilar su pérdida, pero ya estamos nuevamente encaminados para desarrollar nuevos proyectos”, comentó el diseñador.
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