Una mística belleza natural, un lugar lleno de mitos y leyendas de nuestros ancestros.
A 30 kilómetros al sureste de Bogotá, en el municipio de Soacha, departamento de Cundinamarca se encuentra una de las bellezas naturales, llena de misterios, leyendas y misticismo, el Salto del Tequendama.
Alejandro de Humboldt, calculó la altura de esta caída de agua en unos 157 metros aproximadamente que en tan solo seis segundos vio desaparecer desde comienzos del siglo XX a cientos de cuerpos hasta las aguas del llamado “Lago de los Muertos”, de quienes decidieron terminar con sus vidas por problemas sentimentales o económicos, tal y como lo reseñó el cronista judicial Felipe González Toledo en 1941. “Gracias a esta forma de suicidio, las familias de los desdichados se ahorraban los costos del entierro, pues la caída garantizaba una desaparición total”, escribió.
Junto a la cascada se encuentra el antiguo Hotel El Salto, que abrió sus puertas en los inicios de los años 20 con un espectacular mirador hacia la catarata y una estructura francesa de cinco niveles que llegó a hospedar a los personajes más representativos de la sociedad colombiana, luego una estación de ferrocarril, restaurante y actualmente como la Casa Museo del Salto del Tequendama.
Cuidadores y expertos en actividades paranormales aseguran que se escuchan gritos, quejidos, se ven fantasmas en este ambiente lleno de misterio que se confunde con el bello escenario natural que le rodea. ¿Tú te atreverías a visitarlo?
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