El Centro Pompidou de París ha inaugurado una colección de NFT, a pesar de las turbulencias en el mundo del criptoarte. La exposición se compone de 18 obras digitales, todas adquiridas mediante «Non-Fungible Token» (NFT), que son una prueba de autenticidad informática. Dos salas del Museo de Arte Moderno parisino están dedicadas a la colección de NFT, que se expondrá hasta el 22 de enero de 2024.

A pesar de la caída del mercado de NFT en el año pasado, con las transacciones cayendo un 94%, de 232,7 millones de dólares en 2021 a 13,9 millones en 2022, el Centro Pompidou ha iniciado un proyecto pionero, aunque no exento de obstáculos legales. Algunas de las obras se adquirieron a precios muy bajos, apenas decenas de dólares al cambio actual de la moneda ethereum, según los registros de la plataforma de NFT OpenSea.

Cerca de la mitad de las obras expuestas han sido donadas por sus autores, mientras que otras se han adquirido mediante euros y se han firmado contratos bajo legislación francesa, además del «smart contract» que rige en el mundo del criptoarte. El Centro Pompidou ha tenido que crear un «wallet» o portamonedas electrónico en OpenSea para realizar las compras.

Entre las obras adquiridas, se encuentra «Bitchcoin», una representación imaginaria de un bitcoin creada en 2015 por la artista Sarah Meyohas, que es uno de los primeros NFT, así como un «cryptopunk», un personaje con cresta que es uno de los emblemas del mundo del criptoarte. El artista californiano Robness donó al Pompidou un retrato imaginario, en 3D, del presunto inventor del Bitcoin, Satoshi Nakamoto, cuya identidad nunca ha sido verificada.

El mundo del criptoarte ha creado muy rápidamente sus propios iconos y mitos, aprovechando la falta de regulación. Para los impulsores del proyecto en el Pompidou, la primera institución europea que inicia una colección de NFT, la decisión ha sido laboriosa. Las transacciones de NFT se realizan con criptomonedas, y el museo parisino no puede invertir en ese arriesgado mundo. Las compras se realizaron mediante euros, y para cada obra se firmó un contrato bajo legislación francesa, además del «smart contract» que rige en el mundo del criptoarte. El Centro Pompidou tuvo que crear un «wallet» o portamonedas electrónico en OpenSea, como hacen todos los coleccionistas de NFT.

Marcella Lista, conservadora jefe del departamento de nuevos medios del Centro Pompidou y comisaria de la exposición, explicó que para los artistas es la idea de entrar en la historia del arte y asegurar la perennidad de sus obras, y el papel de un museo es preservar un patrimonio y asegurar su longevidad. Philippe Bertinelli, otro de los comisarios de la exposición, afirmó que tienen un sistema de conservación en varios servidores que les permite garantizar la perennidad de las obras en caso de una avería o de un incendio.

Además, el museo se enfrentó a otros desafíos, como la complejidad de la tecnología utilizada y la necesidad de entender los conceptos detrás de las criptomonedas y los NFT. Según la conservadora jefe del departamento de nuevos medios del Centro Pompidou, Marcella Lista, «tuvimos que aprender a pensar en términos de blockchains, de claves privadas, de wallets y de smart contracts».

A pesar de estos obstáculos, el museo se enorgullece de ser el primero en Europa en iniciar una colección de NFT, y espera que esto impulse el reconocimiento de este tipo de arte digital como una forma legítima de expresión artística. La exposición ha sido muy bien recibida por el público, y el museo ha notado un gran interés en las obras, especialmente entre los jóvenes.

Publicado en: Centro Pompidou

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