Aunque los murciélagos y los pangolines se han convertido en los principales protagonistas durante la pandemia del coronavirus por su papel en la transmisión de la enfermedad, lo cierto es que a medida que ésta ha ido avanzándose ha evidenciado su contagio en otras especies, algunas con mayor o menor afectación.
En el caso del murciélago, es el animal que se considera «reservorio» del SARS-CoV-2 -como el de varios tipos más de coronavirus-. Sin embargo, este mamífero solo es portador del virus, no le afecta ni tienen ningún tipo de sintomatología, al igual que sucede con el pangolín, quien es uno de los principales candidatos a huésped y transmisor.
Otras especies donde se ha detectado el coronavirus son los gatos y perros, los visones, los hurones, los leones o los tigres. Según un informe de Sanidad, en estudios experimentales se ha observado infección en gatos y hurones, con replicación activa del virus en vías respiratorias. Una situación que también se ha observado, aunque con «mucha menor intensidad» en los perros.
De hecho se han detectado varios gatos en todo el mundo con síntomas de coronavirus que habían sido contagiados por los humanos ya que residían en familias con miembros que habían contraído el virus. Científicos del Harbin Veterinary Research Institut de la Academia China de Ciencias Agrícolas inocularon el SARS-CoV-2 en las vías respiratorias de varios gatos domésticos subadultos (ocho meses de edad). A dos de ellos se les practicó la eutanasia seis días después y se hallaron restos de ARN del virus y partículas infecciosas sin que invadieran los pulmones. A los otros tres gatos se les detectaron anticuerpos contra el virus por lo que no enfermaron.
Sin embargo, aunque se han detectado casos de perros y gatos infectados, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE UU asegura que el número es muy bajo. Sin embargo, se ha detectado un mayor caso de tigres y leones infectados en zoos de Nueva York que presentaban síntomas respiratorios y posteriormente dieron positivo en coronavirus. Estos animales habrían sido contagiados por uno de sus cuidadores que pasó la enfermedad, aunque tras varios días se recuperaron.
En las últimas semanas también se ha detectado el virus en varias granjas de visones de los Países Bajos. Éstos presentaban síntomas respiratorios y gastrointestinales y las granjas afectadas y las granjas experimentaron un mayor número de muertes de lo habitual entre esta especie. Se cree que los trabajadores habrían podido transmitirles el virus.
Varios estudios han experimentado con primates y han concluido que los macacos Rhesus, los macacos cynomolgus, los monos verdes africanos y los titíes comunes pueden infectarse con el SARS-CoV-2 y enfermarse en un laboratorio. Si bien los macacos Rhesus desarrollaron un cuadro clínico con fiebre, pérdida de peso, presencia de virus en tejidos oronasales, lesiones pulmonares, viremia y eliminación de virus, el macaco cangrejero y el tití tuvieron un cuadro clínico más leve.
Respecto a ratones, cerdos, gallinas y patos, no parece que les afecte el virus tras la inoculación experimental. Si bien hay evidencias de que los humanos pueden transmitir el virus a otras especies, un informe del Ministerio de Sanidad asegura que «no hay evidencia de transmisión desde los animales a los humanos ni parece que la enfermedad en animales tenga una gran contribución en la epidemia».
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