Por: Heylin Willmuth / @lawilmuth 

Este grupo, que aún no tienen nombre, este conformado por amigos y profesionales, quienes viendo el crecimiento exponencial de la desigualdad en su país decidieron convertirse en un “puente de ayuda” y de esta manera conseguir colaboraciones para sus compatriotas chilenos que se encuentran batallando en medio de la pandemia mundial del Covid-19.

Si revisan las redes sociales @Atali, podrás notar que las han convertido en una especie de “boletín de caridad”, pues es ahí donde publica diariamente todo lo que requieren para conseguir donantes y poder abastecer de insumos a las comunidades donde realizan las llamadas “ollas comunes”, que en su mayoría funcionan en barrios populares y benefician a más de 200 personas de cada zona, y de esta manera algunos puedan contar con el plato de comida diario.

Pero, realmente ¿por qué están haciendo todo esto, cuál es su propósito?

“Nuestra intención con lo que hacemos, es tratar de que las personas que se están sacrificando por hacerles un bien a sus vecinos, sepan que no están solos, que existen personas al otro lado de la ciudad, que quizás no lo están pasando tan mal como ellos, pero igual saben lo que les pasando y quieren ayudarlos.”

“La idea es sepan y tener claro, que juntos con trabajo comunitario, es posible superar esta crisis y que como siempre juntos somos más fuerte”, aseveró Reyes.

¿Qué es lo más difícil que te ha tocado durante estos meses de pandemia?

“Es sentir la sensación de abandono que tenemos todos por parte de las autoridades (…) rompe el corazón cada vez que vemos noticias o avisos y ver como nos tratan como número y que las medidas que se toman no protegen a la gente.”

“Los verdaderos héroes están en las comunidades”

Aunque Reyes y sus amigos hacen todo lo posible por ayudar, reconocen que los verdaderos héroes son esas personas, en su mayoría mujeres, que de manera voluntaria, preparan y distribuyen diariamente estos alimentos que ellos ayudan a conseguir.

“Es un trabajo gigante, ellas son las verdaderas heroínas de verdad, no solo arriesgan su salud, sino que dejan de dedicar su tiempo a su familia y hacen todo el trabajo que no hacen las autoridades, cocinan, se arriesgan, se exponen, van a casa de las familias contagiados, visitan a los ancianos, buscan también donaciones”, expresó de manera emotiva Reyes.

Lo primero que se le puede preguntar a las personas que hacen estas labores en plena pandemia es si ¿No tienen miedo a contagiarse?

Aunque ella no esta constantemente en terreno, fue mi clara en responder “El miedo del contagio tanto de nosotros como las personas que están afuera es constante, pero igual tratamos de tomar todas las medidas necesarias”.

¿Cuál es su mayor deseo?

Ahora bien, Alejandra asegura que esperan como colectivo, poder continuar haciendo esta labor, “porque en el fondo tengo la convicción de que la competencia y el individualismo se tiene que acabar (…)para superar esta pandemia y todo lo que venga en el país.

“Nos han convencido de que luchando solo nosotros o nosotros y nuestra familia, vamos a llegar más lejos y vamos a tener todo lo que queremos y eso no es cierto, eso solo nos ha hecho más débiles (…), tenemos que organizarnos y luchar juntos.

Por último, hizo un llamado a conocer a los vecinos, apoyarse, armar comunidad “para no sentirnos tan solos, ayudarnos y superar todo lo que se venga”.

La Génesis de todo

Esta historia no comenzó hace poco, pues desde que inició el estallido social en Chile, para mediados de octubre del 2019, fue cuando su grupo se unió con el fin de ayudar a las más de 300 persona que sufrieron daños oculares, el la represión sufrida en medio de las protestas sociales.

Asi que viendo el éxito y la receptividad que tuvieron con los colaboradores, uno de los miembros comentó que podían apoyar también la pandemia a los vecinos que realizan “ollas comunes o populares en los barrios” y que se encuentran desprotegidos.