Fuente: https://www.elmundo.es/

Diablo es una de las sagas más conocidas del mundo de los videojuegos, un juego de rol de acción con vista isométrica que llegó al PC en el año 1997 y ha tenido desde entonces tres entregas, varias expansiones y alguna que otra reedición.

Ahora, 25 años después y con más de 24 millones de copias vendidas entre todos sus títulos, Blizzard ha decidido darle otra nueva vida. Esta vez, además, lo ha hecho en forma de juego gratuito y compatible con las plataformas móviles.

Desde hoy Diablo Immortal se puede descargar tanto en Android como en iOS. Existe también una versión beta para Windows y el juego llegará oficialmente a los PC en breve.

Es un Diablo por derecho propio. Todos los elementos clásicos que han hecho de esta saga un éxito están aquí, desde la estética gótica y oscura de sus mazmorras hasta las diferentes clases de los jugadores o esa satisfacción que da al derrotar a un enemigo y descubrir que su cuerpo deja un valioso tesoro.

La historia transcurre cronológicamente entre Diablo II y Diablo III y permite revistar algunos de los escenarios más conocidos de estos juegos. Bebe más de la tercera entrega, eso sí, y las clases de personaje que es posible elegir son casi las mismas: bárbaro, monje, mago, cazador de demonios, cruzado y nigromante. La mecánica es también la misma pero los controles se han adaptado, obviamente, a las pantallas táctiles.

Pero, aunque mantiene la esencia de sus predecesores, Diablo Immortal ha adquirido por el camino algunos de los peores vicios de los juegos para móvil. Sí, en teoría es gratuito, pero viene repleto de micropagos para acelerar el progreso del personaje.

Parte del atractivo de los juegos de Diablo es arrasar las diferentes mazmorras y escenarios para encontrar mejor equipo. Es un arte que los desarrolladores lograron perfeccionar hasta tal punto en Diablo II y III que ambos juegos todavía cuentan con muchos jugadores activos a pesar de tener ya muchos años a sus espaldas.

En Diablo Immortal llegar a tener un buen equipamiento requiere tener mucha, mucha suerte o pagar para mejorar las posibilidades de obtener equipo avanzado en las fallas, un tipo de mazmorras especiales. Llegado a cierto nivel, pagar casi parece la única forma de conseguir un arma o armadura mejor.

El sistema llega a ser tan descarado e insidioso que el juego no ha podido distribuirse en Holanda y Bélgica, dos países que cuentan con una legislación más restrictiva en torno a las polémicas loot boxes.

Diablo Immortal se puede jugar perfectamente sin gastar un euro, claro, pero hay que estar preparado para no llegar a desarrollar del todo el personaje e ignorar los diferentes avisos en pantalla. Son avisos que sacan a cualquiera de una atmósfera que, por lo demás, está perfectamente llevada a la pantalla del móvil y la tableta.

Y da mucha rabia porque este habría sido un juego excelente para comprar por una cantidad razonable de dinero a cambio de no tener que aguantar constantes ventanas diciéndote que por sólo 0,99 euros puedes conseguir todos estos objetos virtuales que normalmente costarían ocho veces más. El juego se puede descargar gratuitamente desde la tienda de aplicaciones de iOS y Android y en versión beta para Windows en la web de Blizzard.