Muchas personas al entrar en su casa, en lugar de sentirse tranquilos, felices y seguros por haber llegado a su hogar, experimentan ansiedad, nerviosismo, temores e inseguridades.

Piensan erróneamente que están bajo los efectos de algún “maleficio, conjuro, hechizo o brujería” que les hace sentirse mal y molestos, en medio de constantes peleas con quienes conviven con ellos y viendo como cada día se alejan de ellos la tranquilidad, la paz, el amor y la prosperidad.

Tratando de resolver el problema algunos acuden a charlatanes que se aprovechan de esa situación para prometerles arreglos que les cuestan dinero y finalmente todo queda ¡peor que antes!

¡Convierte tu casa en un imán de amor!

Las recomendaciones que verás a continuación te colocarán en el camino de la armonía, y verás cómo al ponerlas a funcionar verá un cambio inmediato en tu entorno, que a su vez se traducirá en paz interior, alegría, amor y prosperidad

¿Por dónde empezar?

Tu casa es un organismo vivo, la puerta sería la boca, la cocina el estómago, los dormitorios el corazón, en fin, cada parte tiene lo suyo. Asimismo, la puerta trasera la que elimina todo. De ahí que como nuestro cuerpo debe estar muy limpia, particularmente los baños y la cocina.

Si la casa tiene dos puertas, una delantera, y otra trasera, sigue el recorrido de la limpieza, se empieza por adelante y se va limpiando hasta sacar toda la basura por detrás. Puedes comenzar a limpiar desde la entrada e ir hacia el fondo. Si vas a barrer, hazlo de la misma forma.

Sin embargo, la mayoría de los apartamentos donde viven muchas personas solamente una puerta. En este caso, se empieza a limpiar desde atrás y se saca por la puerta principal.

Los aromas

Si añades hojas de albahaca, menta y orégano al agua con la que vas a limpiar la casa y un chorrito de colonia o extracto de violetas suaves estás creando un ambiente fresco y propicio mucho más natural que el que se usa con productos químicos los cuales, muchas veces, causan reacciones alérgicas.

Por supuesto, los olores son muy importantes, y si aún en tu casa hay miembros de la familia que fumen, no deben hacerlo nunca dentro del hogar. No hay nada que repela más la armonía que el desagradable olor de la nicotina, el tabaco y las colillas en los ceniceros.

Los trastos

En algunos países nuestros les llaman “tarecos” en otros trebejos, cacharros, trastajos, corotos, cachivaches, en fin, todos indican lo mismo: muebles o trastos que están de más en la casa, cajas que se almacenan con artículos que nunca se usan, objetos inútiles que lo único que hacen es estorbar, estar en el medio, inclusive se tropieza con ellos al caminar.

Una casa sobrecargada de esos elementos causa ansiedad a quienes la habitan. Esos espacios repletos de muebles donde apenas se puede dar un paso sin darse un golpe, armarios llenos de ropa que no se usan, papeles viejos guardados en cajas que ya no sirven para nada, botiquines en los baños con medicinas caducas, adornos inútiles que acumulan polvo, paredes sobrecargadas de cuadros y fotos, todo eso crea un ambiente muy cargado en el hogar. La energía no fluye bien en una casa así.

Las plantas

Las plantas vivas, verdes colocadas dentro de la casa en las esquinas, en armonía con el ambiente ayudan a equilibrar la energía. Lo importante es que todo esté en un estilo lo más minimalista que se pueda, sin atiborrar el hogar con mobiliarios, cuadros, cajas y todo aquello que “asfixia” y agobia.

De la misma manera que una persona limpia no se sentiría bien viviendo en un lugar sucio, lo mismo ocurre a la inversa. La suciedad y el desorden atraen energías negativas. La limpieza y el orden las alejan y acercan buenas vibraciones.

Con unos simples ajustes y agudizando el sentido de la armonía, la belleza, la estética y el buen gusto, aún con recursos muy limitados se puede limpiar la casa y convertirla en lo que realmente debe ser: un hogar que atraiga amor, prosperidad y alegría a toda la familia.

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