Enero es, por excelencia el mes de las “dietas”, después de un mes (diciembre) de muchos excesos; dentro de los propósitos de año nuevo de muchas personas siempre están: comer sano, adelgazar, iniciar el gimnasio, etc. Sin embargo hay que tener mucho cuidado con las “dietas milagro” o “detox”, este tipo de métodos por lo general fracasan, además de no ser opciones siempre saludables, lo que traerá como consecuencia no ser constantes y no alcanzar los objetivos deseados.

También es imprescindible aumentar el consumo de agua (la cual es necesaria para muchas funciones de nuestro organismo y además genera saciedad), incluir vegetales y frutas en nuestra alimentación idealmente enteras, para aprovechar su fibra y nutrientes, pero, si las ensaladas no son tus favoritas podemos recurrir a la preparación de jugos/batidos verdes (importante destacar que no sean sustitutos de comidas y que idealmente contengan una proporción de 2-3 vegetales de hojas verdes y solo 1 fruta, además evita añadir azúcar o endulzantes).

Por último y no menos importante, ningún resultado se logra de un día a otro, siempre repito a mis pacientes que pequeños cambios, hacen buenos resultados, lo mejor de enero es aprovechar el impulso de la motivación, organizarse es pilar fundamental, planifica tus comidas e incluso la compra de alimentos, y lo que no puede faltar es la CONSTANCIA. Y, no solo con la alimentación sino también con el ejercicio, sal, muévete, practica algo que te guste o nunca hayas hecho, sal de tu zona de confort, tu cuerpo lo agradecerá, nos preocupamos muchas veces solo de la apariencia o peso y olvidamos nuestra salud, y eso, es lo más importante.

¿Qué debemos hacer?
Lo primero es definir nuestros objetivos (un nutricionista puede ayudarte), en segundo lugar buscar siempre opciones más naturales en lugar de alimentos procesados (sustituir bebidas gaseosas por agua o infusiones, galletas y panes por cereales como la avena, dulces por frutas o frutos secos, frituras por alimentos horneados o a la plancha).